Una alerta para todos
Digna Ochoa se suicidó,a Francisco Stanley nadie lo mató, al menos no hay un sólo
culpable, después de más de 10 años.
Colosio, sólo fue víctima de un loco solitario...mmmm, sí, pero eso loco solitario
no es Aburto, èse tenía casa presidencial.
Fernando Martí fue secuestrado y asesinado por cualquiera, menos por sus asesinos
y secuestradores, la misma suerte corrió Antonio Equihua.
La niña Paulette, ella fue una víctima más del mismo criminal... un sistema de
procuración de justicia enfermo, corrupto, cómplice, sin honor ni credibilidad.
Las temerarias conclusiones de la procuraduría mexiquense sobre un caso que
despertó gran indignación, nos dan el peor de los mensajes y ese mensaje se ha
dado en el peor momento, durante la captura, que no el secuestro, de Diego
Fernández.
El mensaje es claro y contundente, pues sin importar nada, se nos ha dicho
que la justicia está también secuestrada, que se alquila al mejor postor
y se rinde ante intereses obscuros.
La procuración de justicia en México no puede protegernos, no puede
vigilar la equidad en una sociedad terriblemente golpeada por el crimen
organizado, no pudo proteger el derecho más elemental de una niña, el
derecho a la vida.
El respaldo del gobernador Peña Nieto al trabajo de la procuraduría estatal,
será sin duda, un lastre en sus aspiraciones políticas, pues ha defendido en
forma pública, lo que la lógica impide defender, el cruel asesinato de una
menor.
Ahí están los testimonios de las nanas que tendieron la cama dos veces, ahí
están los reporteros que se sentaron en esa cama a realizar entrevistas para
televisión, el reto a la razón es así, brutal y cruel.
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